Para ella el día de hoy corrió como un día común y corriente, la única diferencia fue que tuvo que "bailar" frente a unas 50 personas. ¿Le sudaron las manos? ¿Sintió dolor de estomago antes de pararce en el stage? ¿No pudo dormir a causa de su recital? ¡No! Con toda tranquilidad, naturalidad y emoción, subio a dar sus brincos enfrente de toda la concurrencia. A ella no le importó si su "tutú" estaba pefectamente acomodado. No se preocupo por ver si se veía más hermosa que las demás niñas (que por cierto era la niña más hermosa del lugar [perdonen a este papá cuervo]). Ella subió, hizo lo suyo y cumplió con su objetivo con toda tranquilidad.
Mientras detenidamente veía los movimientos descordinados y a veces tardios de mi hija, podía ver como ella disfrutaba lo que hacía, con una sonrisa en la boca trataba de seguir la coreografía. En mi cabeza estaba la idea de que nosotros como adultos, nos complicamos la existencia. Si tan solo pudieramos volver a ver la vida como cuando niños, no sufririamos de gastritis u otras enfermedades relacionadas con la preocupación.
¡Qué tranquila sería nuestra vida si tan solo disfrutaramos el momento. Sin preocupaciones...sin complicaciones"
Gracias Emmita mi amor por recordarme lo hermoso que es disfrutar al máximo cada momento de nuestra vida.
I'm very proud of you hijita. Loves you a lot!!!